· Beberás agua viva y pura.
· Compartirás tus aguas con tus vecinos, con los animales y con las plantas. Darás de beber a todo ser sediento.
· Cuidarás de todo manantial, de todo pozo y de toda corriente, evitando su contaminación, protegiéndolos con árboles y defensas.
· Reciclarás tus aguas servidas hasta descontaminarlas. Reciclarás tus excretas y las de tus animales.
· Participarás en el acueducto veredal.
· Cosecharás el agua lluvia. Ni una gota de lluvia regresará al mar sin haber sido almacenada en el suelo, en aljibes o jagüeyes, o utilizada para el mantenimiento de formas de vida.
· Agradecerás al Señor por el don divino de las nubes, del arco iris, de la niebla, la nieve, el granizo, la lluvia, los ríos y los mares Efectuarás rituales a la llegada de las lluvias en las fechas equinocciales. Cantarás, danzarás, orarás, meditarás mientras llueve.
· Rechazarás toda forma mercantil del agua. No estorbarás el camino de los peces. No destruirás los manglares ni modificarás los estuarios.
· Serás austero en el uso del agua.
· Apreciarás permanentemente el agua como el niño aun no nacido necesita el latido del corazón de su madre.
Mario Mejía Gutiérrez
“Agricultura y Ganadería Orgánicas a
Condiciones Colombianas
- Retorno de los Pobres al Campo”, 2006
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